Solomillo con salsa Roquefort


Fuente: https://okdiario.com/recetas/solomillo-salsa-roquefort-5057



El solomillo al Roquefort es uno de esos segundos platos que impresionan y son muy fáciles de preparar. Los ingredientes de esta receta son poderosos y fáciles de conseguir. Podemos disfrutar de ellos siempre que nos apetezca con unos sencillos pasos principales. El solomillo será el protagonista de un plato en el que brillará, para cocinarlo bien, debemos tener en cuenta algunos trucos de profesional. Solo de esta manera nos quedará un solomillo tierno y bien cocinado, sea cual sea el punto que nos guste. El Roquefort será el otro ingrediente en entrar en juego, un queso con personalidad que cubrirá de gloria esta carne. Atrévete a probar el mejor solomillo al Roquefort que existe, toma nota de esta receta.

Ingredientes:

4 filetes de solomillo de ternera
125 gr de queso Roquefort
20 cl de nata para cocinar
2 cebollas
Pimienta negra
4 cucharadas de mantequilla
Sal

Cómo preparar un solomillo al Roquefort

La grandeza de este plato estará en los ingredientes principales que son los que le darán fuerza a una receta cargada de buenas vibraciones.

El solomillo de ternera es el elegido, aunque si también nos gusta, podemos usar uno de cerdo. El ibérico quedará increíble en esta combinación de sabores básicos espectacular.



Con la carne elegida, buscaremos un buen queso. No solo nos sirve un Roquefort, podemos usar un azul o un cabrales, tienen una intensidad muy similar. En el caso de los muy queseros, podemos poner varios tipos de queso para disfrutarlo.

La base de esta salsa es muy sencilla, la vamos a empezar a cocinar con unas cebollas. Las pelaremos y trocearemos bien finitas para que se mezclen perfectamente con el resto de los ingredientes.

En una sartén colocamos un par de cucharadas de mantequilla. Podemos usar aceite de oliva suave, tendrá una intensidad un poco más elevada gracias a la llegada de un ingrediente que destacará.

Cuando la mantequilla o el aceite empiecen a tener una cierta temperatura, añadimos las cebollas para que se pochen.

A fuego lento, añadimos una pizca de sal, no demasiada, el queso ya es muy salado, para que se cocinen más rápidamente. Conseguiremos de esta manera la base de una salsa de queso muy intensa.

No necesitamos mucho más para que nos quede perfecta una salsa de queso. Cuando esté dorada, añadimos el queso cortado en trocitos.

Podemos reservar un poco de queso para decorar y el resto ponerlo con la cebolla. Del calor de la cebolla y del aceite empezará a fundirse.

Llegados a este punto, uno de los trucos para que nos quede una salsa que parecerá sacada de un restaurante es añadir medio vasito de vino blanco.

Conseguiremos de esta manera que nos quede una base ideal en la que ponemos la nata para cocinar.

Dejamos que todos los sabores se fundan en una salsa suave. Podemos añadirle más nata si nos gusta más suave.



El punto de la salsa ya es un aspecto personal, al igual que el del solomillo. Más espesa o menos, la probamos de sabor, estará increíble y solo nos faltará el solomillo.

La clave de un buen solomillo son unos trucos de profesional. El solomillo lo vamos a cocinar como si fuéramos chef de un restaurante con estrella Michelin.

Calentamos la sartén con una cucharada de mantequilla o aceite de oliva. Salpimentamos el solomillo al gusto.

Sellamos los filetes. Los doramos por fuera y acabamos de cocinar esta delicia en el horno a 180º. De esta manera nos quedará un solomillo tierno por dentro y buen cocinado por fuera.

Podemos añadirle los jugos que ha soltado a la salsa Roquefort, tendrá un acabado mucho más uniforme y estará la salsa un poco más líquida.

Para acompañar este solomillo podemos ponerle casi cualquier verdura, unos espárragos a la plancha son una buena opción.

Si queremos cocinar un alimento más rápidamente. Fileteamos champiñones y los añadimos a la fuente para el horno con el solomillo, se cocinarán a la vez y es un complemento ideal.

También quedarán de vicio unas patatas cocinadas al horno o en el microondas, si son de las pequeñas tardarán unos 10 minutos en estar listas. Solo tendríamos que pelarlas y trocearlas. Con un poco de salsa por encima quedarán muy bien.

Servimos esta combinación de sabores mágica, colocamos la salsa debajo del solomillo, de esta forma al contarlo se impregnará de los jugos de la carne.



Encima disponemos el solomillo que lo acompañaremos de las verduras que más nos gusten. Por último, podemos añadirle unas hierbas frescas a modo de decoración.

Colocamos parte de la salsa en una salsera, de esta manera podremos tener listo un plato de carne de restaurante en un abrir y cerrar de ojos.

Este solomillo es una auténtica maravilla que se cocinará fácilmente sin apenas esfuerzo. Atrévete a probarlo, el resultado merecerá la pena en todos los sentidos, no podrás dejar de mojar pan en la salsa Roquefort.

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